Publicado originalmente por AsoVape ColombiaAn English version of this paper is available. Click here to read it.
Autores:Roberto Sussman. Catedrático e Investigador Titular del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.Carmen Escrig. Doctora en Biología. Especialidad Virología. Coordinadora de la Plataforma médica española por la Reducción de Daños por Tabaquismo.
La Asociación de Reducción de Daños del Tabaquismo Iberoamericana apoya las medidas preventivas sugeridas por la Organización Mundial de la Salud en el esfuerzo global para atender los efectos de la pandemia global del Coronavirus (virus SARS-CoV-2) y su enfermedad derivada (COVID-19). Apoyamos también a los ministerios de la salud de nuestros países en atender a esta crisis sanitaria.
Como una alianza de asociaciones que representan a consumidores de productos no combustibles de consumo de nicotina en América Latina, España y Portugal, consideramos necesario proporcionar información precisa, relevante y verídica sobre la relación entre el uso de estos productos y la propagación y/o efectos de comorbilidad y mortalidad del COVID-19. Es importante e imprescindible también contrarrestar desinformación que se ha diseminado en varios medios.
La desinformación.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio afirmó [1] que “fumadores y vapeadores” están en un alto riesgo de verse afectados por efectos graves por infección del SARS-CoV-2. El profesor Stanton Glantz, de la Universidad de California en San Francisco (un conocido académico que es a su vez activista anti-vapeo) afirmó que [2]:
“También los efectos del cigarrillo electrónico impiden a los pulmones rechazar las infecciones. Cuando los pulmones están expuestos a una gripe u otra infección, los efectos adversos para los fumadores son mucho más serios que para el resto”.
Tanto de Blasio como Glantz cometen el mismo error al equiparar automáticamente los riesgos en vapeadores y fumadores. El alcalde de Blasio es un político, por lo que podemos afirmar tranquilamente que sus declaraciones son fruto de su ignorancia y prejuicios. Respecto a las afirmaciones del profesor Glantz, a pesar de sus credenciales académicas también leemos ignorancia y prejucicio en sus declaraciones: no hay evidencia alguna en estudios clínicos en humanos de que el uso del cigarro electrónico “impida a los pulmones rechazar infecciones”. De hecho, es al revés: el uso del cigarro electrónico reduce la presencia de patógenos en el organismo (esto fue reportado en una reciente revisión extensa de estudios en el aparato respiratorio [3] y en un ensayo controlado aleatorizado de gran envergadura que investigó la utilidad del vapeo en el cese de fumar [4]).
Sin embargo, las afirmaciones del profesor Glantz no son sorprendentes: es harto sabido que sus evaluaciones y artículos sobre el cigarro electrónico contienen severos errores, medias verdades y falsedades que han sido refutadas con creces (recientemente la revista de la Asociación Americana del Corazón retiró [5] un artículo suyo en el que afirmaba que el vapeo aumenta el riesgo de infartos, siendo que estos infartos sucedían hasta 10 años antes de que los pacientes empezaran a vapear). Como es de esperar, las fuentes de desinformación en varios países de Latinoamérica, Portugal y España ya están reciclando las afirmaciones de Glantz.
El COVID-19 y los fumadores
La mejor referencia sobre la relación entre fumar, vapear y el COVID-19 aparece en el artículo publicado en el blog del Dr Konstantinos Farsalinos [6]. Como explica el Dr Farsalinos, la relación entre fumar cigarros y la severidad de los efectos del COVID-19 entre los pacientes infectados en China es incierta (tomando en cuenta que el 48% de los hombres en China fuma contra solo el 3% de las mujeres). Según los datos recabados en un estudio basado en 1099 pacientes chinos infectados por SARS-CoV-2 [7] solo el 12.6% fueron fumadores (1.9% ex-fumadores), la cual es una proporción más baja que la encontrada en la población tomando en cuenta que la muestra contenía un 58.1% hombres y casi 100% mayores de 15 años de edad (para que fuera representativa de la población adulta se esperaría al menos un 29% de fumadores en los infectados). De los 1099 casos:
- 926 se reportan sin afectaciones severas (11.8% fumadores),
- 173 se reportan con afectaciones severas (16.9% fumadores)
- 67 se reportan en situación crítica con cuidado intensivo, ventilación mecánica o muerte (25.8% fumadores)
Estas cifras indican una mayor proporción de fumadores entre los enfermos graves, pero aún más baja de lo esperado dada la alta prevalencia de fumadores en los hombres en China. Evidentemente, fumar contribuye a las condiciones de vulnerabilidad identificadas, como padecimientos cardiovasculares. diabetes o enfermedades respiratorias crónicas, sin embargo, no parece haber evidencia de que sea en sí mismo el factor dominante.
Efectos del vapeo en usuarios y el COVID-19
Como afirma el Dr Farsalinos, no hay evidencia alguna sobre los efectos del vapeo en la capacidad de infectar al usuario y en la progresión de la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2. A pesar de lo que se ha dicho en algunas declaraciones en medios españoles y latinoamericanos por conocidos detractores,
NO EXISTE EVIDENCIA ALGUNA DE QUE VAPEAR AUMENTE LA PROBABILIDAD DE INFECCIÓN POR SARS-Co-V2 NI POR NINGÚN OTRO PATÓGENO.
Por otro lado, se han mencionado las propiedades antivirales y bactericidas del propilenglicol, el cual se ha utilizado en forma de aerosol como agente desinfectante del ambiente en hospitales, barracas militares y otros lugares (el Dr Farsalinos cita en su artículo varios estudios sobre estas propiedades del PG publicados en los 1940’s). Sin embargo, estas propiedades nada tienen que ver con posibles efectos del PG sobre los virus inhalados por usuarios del cigarro electrónico ya en el sistema respiratorio. El efecto desinfectante y de limpieza de la atmósfera ocurre teóricamente en el ambiente al generar el aerosol; no en el sistema respiratorio. No se debería a la interacción química y acción tóxica directa del PG sobre los patógenos, sino a que las moléculas de PG, que acrecionan moléculas de agua ganando tamaño y peso, arrastran a los patógenos y los hacen impactarse en las paredes o caer por sedimentación.
NO HAY EVIDENCIA CIENTÍFICA DE QUE VAPEAR CON PG NOS PROTEJA DE LA INFECCIÓN POR SARS-CoV-2 NI POR NINGÚN OTRO PATÓGENO.
Respecto a la presencia del SARS-CoV-2 en el e-líquido y su capacidad infectiva, sería prácticamente imposible que el usuario se pudiera contagiar al vapear. El e-líquido se aerosoliza a temperaturas de 180-220 grados centígrados. A esas temperaturas ningún virus sobrevive (dejan de funcionar al fragmentarse las macromoléculas que los componen).
Respecto a la progresión de la infección, para entender el efecto del COVID-19 en vapeadores, es necesario tomar en cuenta que la mayoría son ex-fumadores y fumadores, muchos con largas historias previas de tabaquismo. Estas largas historias de tabaquismo previo muy probablemente sean un factor que haga a un vapeador que (por ejemplo) fumó 20 o 30 años, aunque lleve (típicamente) 2-3 años vapeando y sin fumar, tenga una mayor predisposición a una etiología complicada de la enfermedad COVID-19. Sin embargo, esto no es un efecto intrínseco del vapeo sino del tabaquismo, por lo que no justifica poner al vapeo como un factor de alto riesgo en el desarrollo severo del COVID-19 (como hacen de Blasio y Glantz).
De hecho, teniendo en cuenta que los fumadores mejoran sus condiciones respiratorias y cardiovasculares al dejar de fumar y también al pasar de fumar a vapear, el Dr Farsalinos sostiene que tendrán una mejor prognosis si sólo vapean y han dejado de fumar definitivamente, incluso habiendo sido fumadores anteriormente. Más aún si los datos llegan a confirmar que el fumar es definitivamente un factor determinante en la progresión a estados complicados del COVID-19.
A FALTA DE ESTUDIOS QUE LO CONFIRMEN, ES ESPERABLE QUE LOS FUMADORES PRESENTEN UN DESARROLLO MÁS SEVERO DEL COVID-19 QUE LOS VAPEADORES NO DUALES. ANTE UNA SITUACIÓN DE PELIGRO PARA LA SALUD PULMONAR COMO LA ACTUAL, LO IDEAL ES NO FUMAR, NI VAPEAR, PERO LO PRIORITARIO SIEMPRE DEBE SER DEJAR DE FUMAR.
El vapor ambiental como posible transmisor aéreo del SARS-Co-V2
La Dra. Rosanna O’Connor, directora del Departamento de Tabaco Alcohol y Drogas de la Agencia de Salud de Inglaterra (Public Health England) ha señalado que a la fecha NO HAY EVIDENCIA DE QUE HAYA HABIDO CONTAGIO DEL SARS-Co-V2 MEDIANTE EL VAPOR EXHALADO POR USUARIOS DEL CIGARRO ELECTRÓNICO [8]. Sin embargo, esto no descarta al 100% que pudiera haberlo.
Se sabe que los virus pueden ser esparcidos por vía aérea por exposición a las gotitas de humedad expelidas en el aliento de una persona infectada (a poca distancia) y, en forma más eficiente (incluso a mayor distancia) cuando la persona infectada tose o estornuda. Al exhalar el vapor llevamos al ambiente material del sistema respiratorio al igual que al respirar, exhalar aliento, toser o estornudar, por lo tanto, y a falta de un abordaje experimental que lo investigue, ES FÍSICAMENTE PLAUSIBLE QUE EL VAPOR AMBIENTAL EXHALADO y EL HUMO DEL TABACO AMBIENTAL PUDIERAN TRANSMITIR EL VIRUS. Sin embargo, el vapor ambiental sería mucho menos eficiente como transmisor del virus que la tos o un estornudo.
El aerosol exhalado que llamamos “vapor” consiste en su casi totalidad de gotitas de PG, VG y humectantes (la “nube” visible) suspendidas en un medio gaseoso con los mismos compuestos. Las gotitas se evaporan rápidamente (20-30 segundos por exhalación) y el sistema gaseoso se dispersa totalmente en menos de 2-3 minutos. Algunas de esas gotitas se impactan en paredes o caen al suelo antes de evaporarse [9].
AUNQUE NO HAY MEDICIONES EXPERIMENTALES Y NO HAY CASOS REPORTADOS Y VERIFICADOS, NO SE PUEDE DESCARTAR QUE UNA PERSONA INFECTADA POR EL SARS-COV-2 ESPARZA AL VAPEAR UNA CIERTA CANTIDAD DE VIRUS DENTRO DE GOTITAS DE SALIVA JUNTO CON EL VAPOR AMBIENTAL.
Muchos virus (hay variaciones) no sobreviven largo tiempo fuera de la envoltura protectora de un medio húmedo (las gotitas de saliva) o fuera de su célula huésped en los tejidos. Sin embargo, no se sabe si esto es cierto con el SARS-CoV-2.
Las gotitas de PG/VG tienen un diámetro promedio de 200 nanómetros (200 por la milmillonésima parte de un metro) [9]. El virus es una partícula de aproximadamente 90 nanómetros y las gotitas de saliva tienen un micrómetro (100 veces el diámetro del virus) [10]. Las gotitas de saliva que transportan virus son muy susceptibles a las condiciones del medio ambiente: temperatura, humedad relativa, radiación solar, evaporación, impactación en superficies. Aunque se han detectado en distancias de hasta 2.5 metros de una persona que estornuda, en promedio y en condiciones normales del ambiente la mayoría de estas gotitas se deben evaporar o desintegrar en distancias del orden de 1.5 metros (sobre todo en condiciones de calor y poca humedad).
Es posible que las gotitas de PG/VG en el aerosol del cigarro electrónico se comporten como el PG aerosolizado y que pudieran arrastrar a las gotitas de saliva que contienen los virus (como se reportó en los estudios sobre los efectos desinfectantes del PG). Sin embargo, no hay todavía evidencia de que esto suceda con el SARS-CoV-2.
Podemos hacernos una idea de cuántos virus en las gotitas de saliva puede esparcir un vapeador infectado. Los virus en el sistema respiratorio que no están sedimentados en los tejidos serían esparcidos al ambiente por la corriente de aire que se genera en la exhalación del vapor, al igual que sucede por el aliento al respirar o por tos o estornudos. La exhalación de aliento normal es un flujo de aire casi laminar a bajas velocidades, por lo que no esparcirá muchas gotitas de saliva y lo hará a distancias muy próximas, mientras que el estornudo o la tos fuerte son flujos de aire turbulentos a altas velocidades, por lo que liberan muchas más gotitas y a mayores distancias. El flujo de la exhalación del vapeo es un flujo de aire y aerosol de tipo intermedio entre el aliento y el estornudo [11]. Por lo tanto, podríamos concluir que esparciría más virus que el aliento normal pero menos que al estornudar o toser.
Contagio del COVID-19 en superficies.
Se sabe que uno de los mecanismos de contagio de los virus es a través de tocar superficies donde estos yacen y luego tocarse la boca, nariz u ojos. Se sabe que los virus pueden sobrevivir en superficies, y típicamente lo hacen en delgadas películas líquidas que se forman al impactarse las gotitas de saliva. ¿Cuánto tiempo sobreviven? Depende del virus, pero se ha reportado que el SARS-Co-V2 permanece estable y funcional por varias horas y (dependiendo del material) hasta 3 días. Sin embargo, estos reportes se basan en experimentos muy idealizados [10]: inoculan al virus en una solución líquida huésped en la superficie y luego hacen raspados para verificar si sobrevive.
Esto nada tiene que ver con virus dentro de las gotitas de saliva que se precipitan en las superficies al estornudar o vapear. Además, una vez depositados por precipitación en una superficie, la película líquida está sujeta al deterioro por exposición al medio ambiente: luz, calor, resequedad, evaporación. En el caso del SARS-CoV-2 no se sabe cuánto sobrevive en superficies del mundo real y no se sabe cuánto sobreviven sin este envolvente protector de humedad.
NO SE PUEDE DESCARTAR QUE UN INFECTADO PUDIERA PRECIPITAR AL VIRUS EN UNA SUPERFICIE (MUEBLES, SUELO, ETC) AL VAPEAR DE CERCA, PERO ES MUY POCO PROBABLE QUE SEA UN CONTAGIO EFICIENTE SI LO HACE CON UN EQUIPO DE BAJA POTENCIA.
RECOMENDACIONES.
Un estornudo o tos fuerte son mucho más eficientes que el vapor ambiental en esparcir al SARS-CoV-2. Las precauciones que debe tomar un vapeador para eliminar o minimizar el contagio son las mismas que debe tomar quien no vapea; son las mismas precauciones de “distancia social” que debe tomar todo el mundo: evitar acercarse mucho a otras personas, cubrir estornudos o tos (no estornudarle o toserle a alguien). Sin embargo, lo mejor es evitar completamente el vapeo en espacios interiores públicos o incluso en exteriores si hay muchas personas cerca. Esto también ayuda a evitar atención excesiva mientras dura la pandemia, ya que es necesario tomar en cuenta que mucha gente ve al vapeo con recelo por la desinformación ubicua. Ante todo, hay que utilizar el sentido común y la precaución; en caso de vapear, guardar una distancia de al menos 2 metros de toda persona, especialmente evitar las grandes nubes a toda costa: vapear discretamente (o mejor, recurrir al vapeo “ninja”). El hacerlo lejos de la gente y con equipos de baja potencia es casi equivalente a la exhalación de aliento en la respiración normal de cualquier persona. La transmisión de virus (en caso de estar infectados) será comparable a quien respira sin vapear. Finalmente, no podemos dejar de incidir en mantener medidas de higiene extrema con los dispositivos y desinfectarlos de manera habitual, puesto que los mantenemos en la mano durante largo tiempo y nos los llevamos a la boca decenas o incluso cientos de veces al día.
Referencias
Ver también:
https://www.lavanguardia.com/vida/20200319/474256797592/humo-tabaco-transportar-coronavirus.html
[3] Polosa R, O’Leary R, Tashkin D, Emma R & Caruso M (2019) The effect of e-cigarette aerosol emissions on respiratory health: a narrative review, Expert Review of Respiratory Medicine. https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/17476348.2019.1649146
[4] Peter Hajek, Ph.D., Anna Phillips-Waller, B.Sc., Dunja Przulj, et al. A randomized trial of e-cigarettes versus Nicotine Replacement Therapy. N Engl J Med 2019; 380:629-637 DOI: 10.1056/NEJMoa1808779 https://bit.ly/2RWdcd0
[5] Retraction to: Electronic Cigarette Use and Myocardial Infarction Among Adults in the US Population Assessment of Tobacco and Health. https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/JAHA.119.014519
[6] K Farsalinos. Smoking, vaping and the coronavirus (COVID-19) epidemic: rumors vs. evidence http://www.ecigarette-research.org/research/index.php/whats-new/2020/278-corona
[7]Wei-jie Guan et al. Clinical characteristics of Coronavirus disease in China. N Engl J Med 2020; https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2002032
[8] Coronavirus and vaping: Can e-cigarette clouds pass on Covid-19?https://www.standard.co.uk/news/world/vaping-coronavirus-ecigarette-cloud-expert-advice-a4386996.html
[9] Tongke Zhao, C Nguyen, Che-Hsuan Lin, H R. Middlekauff, K Peters, R Moheimani, Qiuju Guo & Yifang Zhu (2017) “Characteristics of secondhand electronic cigarette aerosols from active human use”, Aerosol Science and Technology, 51:12, 1368-1376,DOI: 10.1080/02786826.2017.1355548
[10] Van Doremalen N. Et al. Aerosol and surface stability of SARS-CoV-2 as compared with SARS-CoV-1. The New England Journal of Medicine. https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMc2004973?query=TOC
[11] Pichelstorfer, L., W. Hofmann, R. Winkler-Heil, C. U. Yurteri, and J. McAughey. 2016. Simulation of aerosol dynamics and deposition of combustible and electronic cigarette aerosols in the human respiratory tract. Journal of Aerosol Science 99:125-132
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