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La regulación del vapeo en Argentina

La política pública: "Dejar o morir"

¿ANMAT es la policía de la moral?

La regulación del vapeo en Argentina

En Argentina está permitido vapear en todo el país. En Argentina está permitido vapear y no hay ninguna reglamentación específica a nivel nacional o local que regule el vapeo salvo por la reglamentación de la ley antitabaco de 2013.

Distinto es el caso de la venta, distribución e importación de sistemas electrónicos de administración de nicotina, accesorios y liquidos, que se encuentra prohibida desde el año 2011. Esta es una breve reseña de los orígenes de la prohibición, y sus consecuencias en Argentina.

La historia regulatoria del vapeo en Argentina comienza con una disposición del 6 de mayo de 2011. Firmada por el interventor de la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica de aquel entonces, el Dr. Carlos A. Chiale, la disposicón 3226 establecía la prohibición en argentina de la comercialización del cigarrilo electrónico:

La disposición, de nueve párrafos, en la que adhieren a la posición del Organización Mundial de la Salud (OMS) de ese entonces y repiten lo que ya conocemos acerca de los daños que produce el humo del tabaco, solo uno es relevante:

«Prohíbese la importación, distribución, comercialización y la publicidad o cualquier modalidad de promoción en todo el territorio nacional del sistema electrónico de administración de nicotina denominado «Cigarrillo Electrónico», extendiéndose dicha prohibición a todo tipo de accesorio para dicho sistema o dispositivo, como asimismo a cartuchos conteniendo nicotina.» Disposición N° 3226/11 – ANMAT

En el año 2016, un comunicado de la ANMAT ratifica la total vigencia de la disposición 3226/11, pero a diferencia de aquella primer reglamentación en la que, citando a la Organización Mundial de la Salud (OMS) organismos reguladores de Estados Unidos y Europa, desconocían cualquier beneficio que podría brindar el cigarrillo electrónico, en este caso ya no puede ignorar la evidencia. Entonces reconocieron que:

Del análisis de los estudios realizados, surge que los dispositivos en cuestión podrían provocar que algunos fumadores dejen el hábito en el corto plazo (seis meses) en comparación con el placebo. Sin embargo, las investigaciones no realizan la comparación con tratamientos aprobados y seguros empleados hasta el momento. Comunicado 1 de noviembre de 2016


Para ese entonces, el uso del vapeador ya estaba más extendido por el mundo, y ni siquiera la OMS contemplaba de políticas prohibición absoluta (en un informe controvertido) como la que confirmaba la ANMAT en 2016.

La política pública: "Dejar o morir"

Desde 2011, a través de una dependencia gubernamental con bajo control democrático, los sucesivos gobiernos nacionales han adoptado una política para los fumadores que podríamos titular: «Dejar de fumar o morir». La actuación de la ANMAT ha sido una condena a muerte a los conusmiddores de nicotina. O  abandonás el hábito de fumar mediante tu fuerza de voluntad, parches de nicotina, chicles con nicotina, medicamentos, y otros métodos de dudosa efectividad, o podrías ser ser parte del 50% de fumadores que mueren de una enfermedad vinculada al tabaco. 

En enero de 2018, la ANMAT volvió a abordar el tema del cigarrillo electrónico y a confirmar de manera explícita la postura «Dejar o morir». Esta vez lo hizo a partir del pedido de aprobación de un dispositivo de tabaco sin combustión, tabaco calentado, que a diferencia de los vaporizadores, utiliza cartuchos que contienen tabaco y no tienen combustión alguna.

Respecto de los estudios que habían presentado al solicitar la autorización para comercializarlos, la ANMAT dijo: «Por lo antes expuesto, estaríamos en presencia de un nuevo dispositivo, que seguiría afectando a la salud aunque, según el fabricante, “en un grado menor”, sin embargo su conclusión fue la misma de siempre, recurrir a un principio en las directrices de una convención de la Organización Mundial de la Salud, en la que se habla del «humo del cigarrillo» y no hace mención alguna al cigarrillo electrónico.

Esto dijo ANMAT:

[E]sta afirmación es rechazada rotundamente, pues no hay evidencia científica que demuestre la existencia de un nivel seguro de exposición al humo de tabaco ni un umbral de toxicidad.  Comunicado de 10 enero de 2018

¿ANMAT es la policía de la moral?

La ANMAT se ha olvidado de su función prinicipal y se ha arrogado las atribuciones de una policía de la moral. Una oficina gubernamental dedicada a la supervisión de medicamentos, alimentos y tecnología médica, ha lanzado una cruzada moral en contra del cigarrillo electrónico.

La ANMAT no prohibe ni regula la venta de alcohol (si verifica que su contenido cumpla con ciertos estándares), ni tampoco tiene esas atribuciones con el tabaco. El cigarrillo electrónico no es un medicamento, ni un alimento ni una tecnología médica. Los vaporizadores son un producto de consumo masivo, utilizado por usuarios de nicotina, y una alternativa más segura que el cigarrillo.

Entonces, ¿qué facultades tiene la ANMAT para convertirse en la policía de la moral y regular los vaporizadores?

Una disposición de la ANMAT a espaldas del Congreso, ha ignorado los derechos de millones de argentinos que se resumen en un artículo de la Constitución Nacional:

Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe  Art. 19 de la Constitución Nacional

En todo caso, debe ser una ley del Congreso, previo un debate en la que se presenten ambas posturas de forma equitativa, quien regule la comercialización y uso de los vaporizadores en Argentina. Pero mientras tanto, quienes vendan el producto como método alternativo de administración de nicotina, sin relación a un tratamiento para dejar de fumar, o cualquier tipo de uso médico, no deberían tener problema en importar y comercializar vaporizadores, liquidos y accesorios. 

La función de la ANMAT no es regular el estilo de vida de la gente o sus hábitos personales. La ANMAT abusa de su autoridad y está violando el derecho de miles de argentinos. Y condenando a muerte a otros miles.

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