ARTÍCULO

El profesor Riccardo Polosa desafía un estudio reciente sobre el vapeo y la inflamación pulmonar

El camino para descubrir la verdad sobre los impactos del vapeo en la salud está lejos de terminar. Así lo demuestra un nuevo ejemplo de ciencia apresurada y poco rigurosa que puede afectar la percepción sobre el vapeo.

El reciente estudio de Reagan R. Wetherill, Jacob Dubroff y otros, publicado en el Journal of Nuclear Medicine y titulado «Imágenes moleculares de la inflamación pulmonar en usuarios de cigarrillos electrónicos y combustibles: un estudio piloto«, ha avivado las llamas del debate sobre los peligros comparativos del consumo vapeo y los tradicionales cigarrillos combustibles en el ámbito de la salud pública al sugerir que los vapeadores exhiben una mayor inflamación pulmonar que sus contrapartes fumadoras de tabaco.

El estudio, con un tamaño de muestra limitado, comparó las exploraciones pulmonares de cinco usuarios de cigarrillos electrónicos, cinco fumadores de tabaco y cinco individuos que nunca habían fumado o vapeado. Sus hallazgos preliminares implicaban que los vapeadores podrían sufrir daños a la salud más graves debido a una mayor inflamación pulmonar. 

Sin embargo, los investigadores Riccardo Polosa, Lucia Spicuzza y Stefano Palmucci, del Centro de Excelencia para la Aceleración de la Reducción de Daños (CoEHAR) y ECLAT de la Universidad de Catania, han advertido, en una muy bien fundamentada carta al editor, contra la aceptación precipitada de estos hallazgos citando limitaciones metodológicas significativas. El estudio fue duramente cuestionado por su metodología, tamaño de muestra y reproducibilidad.

Las críticas

«Afirmar una causalidad entre los datos y la hipótesis de que los vapeadores enfrentan mayores complicaciones de salud es prematuro», advirtió el profesor Polosa, quien señaló que el pequeño tamaño de la muestra del estudio y la baja reproducibilidad de las pruebas socavan la validez científica de las conclusiones extraídas. Otra crítica significativa destacada por Polosa fue la incapacidad del estudio para tener en cuenta la exposición previa al humo de tabaco, un factor que sin duda puede influir en el grado de inflamación pulmonar en los vapeadores.

Polosa, un científico reconocido por su enfoque riguroso hacia la investigación, también subrayó la necesidad de un diseño de estudio más robusto. «El impacto de las emisiones de aerosol de los cigarrillos electrónicos en la salud no puede aislarse de los efectos de la exposición previa al humo del tabaco», explicó. El profesor Polosa sugiere que un diseño de estudio más apropiado exige un seguimiento a largo plazo de los vapeadores exclusivos que nunca han fumado cigarrillos tradicionales.

Haciendo eco de las preocupaciones de Polosa, el profesor Stefano Palmucci, una figura respetada en el campo de la imagen diagnóstica y la radioterapia en la Universidad de Catania, abogó por estudios más completos y a largo plazo. Palmucci propuso investigaciones que involucren a vapeadores exclusivos, que no hayan estado previamente expuestos al humo de los cigarrillos convencionales, para generar datos más fiables. «Se debería reclutar a un mayor número de sujetos para dichos estudios, asegurando la consistencia de los hallazgos», añadió Palmucci.

Una lección por aprender

La crítica al estudio subraya una cuestión preeminente en la investigación científica contemporánea: la necesidad de estándares rigurosos y un escrutinio cuidadoso de los hallazgos de la investigación antes de su publicación. En la carta al editor, los investigadores expresan preocupación acerca de la propagación de una «retórica antivapeo infundada basada en prejuicios» que podría disuadir a los fumadores de optar por alternativas menos perjudiciales.

«La diseminación incontrolada de resultados científicos mal diseñados en revistas prestigiosas es una tendencia preocupante», afirmó Polosa. Sus impresiones señalan la necesidad de establecer estándares de investigación científica compartidos y procesos de publicación más estrictos. Al garantizar una investigación científica sólida, los investigadores pueden evaluar con más precisión los impactos en la salud del vapeo, contribuyendo a una toma de decisiones informada para la salud pública.

Este caso sirve como un recordatorio de que el camino para descubrir la verdad sobre los impactos del vapeo en la salud está lejos de terminar. Como han argumentado Polosa, Spicuzza y Palmucci, es crucial que las futuras investigaciones sobre este asunto se realicen con el máximo rigor científico, garantizando la validez y la fiabilidad de sus hallazgos. Solo entonces podemos esperar desentrañar el complejo tapiz de implicaciones para la salud asociadas con el vapeo y proporcionar una guía confiable para aquellos que consideran esta alternativa al consumo tradicional de cigarrillos.

Fuente

Molecular Imaging of Pulmonary Inflammation: Claiming That Vaping Is More Harmful Than Smoking Is Unsupported. Riccardo Polosa, Lucia Spicuzza, Stefano Palmucci. Journal of Nuclear Medicine May 2023, 265533;
DOI: 10.2967/jnumed.123.265533


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