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Entrevista Dr. Roberto Sussman: De la Teoría de la Relatividad General y Cosmología a la Reducción de Daños por Tabaquismo

AsoVape Argentina mantuvo una cálida conversación con el Dr. Roberto Sussman donde aprovecha esta oportunidad para compartir información científica y desmentir mitos sobre el vapeo y la reducción de daños por tabaquismo en América Latina. Además, destaca la importancia de empoderar a los consumidores con conocimientos científicos para contrarrestar la desinformación gubernamental y los prejuicios en torno a estos productos.

La entrevista también abordará la labor de Pro-Vapeo México, una asociación fundada por el Dr. Sussman y otros activistas ex-fumadores. Esta organización tiene como objetivo difundir información basada en evidencia y abogar por una regulación adecuada de los productos de reducción de daños en México.

También nos contara como fue su experiencia personal en dar La oración a Michael Russel en el Global Forum On Nicotine 2023.

En esta nota vamos conocer las perspectivas y experiencias del Dr. Sussman en el campo de la reducción de daños y el vapeo, así como para obtener información valiosa sobre los avances científicos y los desafíos en la regulación de estos productos en América Latina.

Aylen V.I: ¿Dr Sussman Puede proporcionar más información sobre la participación en el
Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México y sus
áreas de investigación en la relatividad general y la cosmología?


Mis áreas de investigación son: Teoría de la Relatividad General y Cosmología, en particular
propiedades físicas de las soluciones analíticas y numéricas de las ecuaciones de Einstein
aplicables a la Cosmología. Descripción de la estructura cósmica a grandes escalas.
Propiedades físicas de la materia y energía oscuras.


Aylen V.I: ¿Qué tipo de investigaciones ha realizado el en el campo de la física, aparte de su trabajo en la relatividad general y la cosmología?


Física y Fisicoquímica de aerosoles. Termodinámica de procesos irreversibles y disipativos.


Aylen V.I: ¿Doctor cómo fue su primer acercamiento al mundo de la reducción de daños y el vapeo?


Empecé a fumar diariamente a los 21, primero por 10 años cigarrillos (1-2 cajetillas al día).
Pasé a fumar pipa y habano sin inhalar al pulmón, ya que hacia mucho deporte aeróbico y
necesitaba respirar profundamente. Me mantuve fumando pipa/habano, intensamente de 3
a 6 por día durante 33 años, al último empecé a tener problemas en la garganta, pero
hubiera seguido fumando.


Probé un cigarro electrónico de los ya obsoletos “ciga-likes” en diciembre de 2013, al no
poder salir a fumar a la calle estando atrapado en el interior de un hotel en Dallas por una
tormenta de hielo. No me gustó el dispositivo, el aerosol sabía a metal, seguí fumando
tabaco. En febrero de 2016 fui de viaje de trabajo a varias universidades en la India donde
estaba prohibido fumar en todo el campus. Probé un cigarro electrónico de segunda
generación, solo para pasar desapercibido, ya que no deja trazas ni olores (a diferencia del
humo de tabaco). Fue solo un recurso temporal, no pensaba dejar de fumar, pero el vapeo
con este dispositivo (mucho mejor que el “ciga-like”) me gustó mucho y me resultó muy
práctico, además sentí al aerosol mucho más amable con mi garganta, por lo que poco a
poco empecé a vapear más que fumar. Desde mediados de 2016 uso principalmente
vaporizadores, pero aún fumo cada 3-7 días una pipa o un habano (nada más).


Me empezó a interesar el tema del vapeo como reducción del daño (reducción percibida en
mi cuerpo) y también desde el punto de vista científico, la física del aerosol. Sin embargo,
ingenuamente pensé que las autoridades sanitarias acogerían el uso de vaporizadores en
sustitución del tabaco combustible como un logro, pero fue decepcionante percatarme de
su rechazo visceral, me sorprendió la enorme cantidad de desinformación y rechazo
(basado en moralina y politiquería) de las autoridades médicas hacia el vapeo, la
estigmatización de los fumadores traspasada a los que usamos vaporizadores como
modesto esfuerzo personal de reducción de daños, la prepotencia y autoritarismo de la
ortodoxia del control del tabaco, de la OMS e instituciones medicas y académicas sobre
todo en EEUU, la gran cantidad de seudo-ciencia producida incluso en universidades de
prestigio, exagerando y mintiendo sobre los daños del vapeo. Sin embargo, también me
sorprendió positivamente ver en 2016 el apoyo institucional de las autoridades del Reino
Unido al vapeo en sus políticas oficiales contra el tabaquismo. Este impulso lo he visto con
mis propios ojos en viajes al Reino Unido y es muy motivante pensar como meta el lograr
que algo así suceda en nuestros países de America Latina.


Todo esto me ha motivado para utilizar mi entrenamiento como científico para refutar tanta
propaganda disfrazada de ciencia y apoyar la reducción de daños del tabaquismo. De ahí
en adelante, combino mi experiencia como consumidor y mis conocimientos técnicos como
científico en un activismo a favor de la libertad de tener acceso a la reducción de daños.


Aylen V.I: ¿Qué es Pro-Vapeo México y cuál es el papel del Dr. Sussman como fundador y director de
esta asociación?


En 2018 nos juntamos varios activistas ex-fumadores y fundamos Pro-Vapeo México, una
asociación civil sin fines de lucro, cuyos propósitos son: (1) difundir información sobre evidencia científica en torno a todos los productos de reducción de daños del tabaquismo y (2) abogar por todos los medios legales posibles para que estos productos estén debidamente regulados para que los fumadores adultos tenga acceso libre y legal a ellos. No tenemos conflictos de interés con tabacaleras, farmacéuticas, fabricantes o vendedores de los productos, ni con burocracias médicas. No promovemos ningún producto a marca, sino el género y el derecho al uso legal y la regulación de los productos.


Aylen V.I: ¿Cómo está abogando usted por una regulación adecuada de los productos de reducción de
daños en México?


Buscamos a los medios de comunicación (impresos y redes sociales) para difundir el
concepto de reducción de daños del tabaquismo y refutar la desinformación. Intentamos
acceder a legisladores, ya que en las cámaras del congreso (poder legislativo) se debe
debatir y decidir la regulación. Hacemos labor de información entre asociaciones de
vaperos, entres los vendedores y hacia fumadores.


Aylen V.I: ¿Podría explicar el papel de la difusión de información científica sobre productos de nicotina
no combustible y cómo ayuda a los consumidores a contrarrestar la desinformación
gubernamental y los prejuicios en América Latina?


La difusión de información científica a consumidores es una labor crucial. Además de
habilitarlos para responder a la desinformación (lo cual no llega lejos ya que la
desinformación es emitida por la autoridad), el conocer bien la ciencia que ampara la
reducción del daño los empodera y hace más seguros de su elección de dejar el cigarro y
vapear. El consumo de los productos, a pesar de las prohibiciones y la desinformación, es
lo que sostiene el avance de la reducción de daños. No todo fumador hace la transición al
vapeo, pero quienes la hacen rápidamente notan en sus propios cuerpos la mejoría de
salud, además de no molestar a terceras personas porque el aerosol se dispersa
rápidamente y no deja olor en paredes, muebles y ropajes (como el humo de tabaco). Si
ademas están bien informados sobre los datos y la ciencia, seguirán vapeando pese a la
desinformación y prohibiciones.


Aylen V.I: ¿Podrías contarnos un poco más sobre su experiencia en el Global Forum on Nicotine y cómo
surgió la oportunidad de dar la oración de Michael Russel?¿En qué consiste la oración de Michael Russel y cuál fue el enfoque principal de tu ponencia al respecto?


Fue un honor poder impartir la oración de Michael Russell, el médico visionario que inicia la
reducción de daños del tabaquismo. Fue una sorpresa que me eligieran para esta
importante ponencia. Es una ponencia difícil, no puede ser puramente técnica ni tampoco
un solo un recuento de mi experiencia como consumidor, debe ser una mezcla de ambos,
un testimonio personal de todo el activismo que incluye mi propia investigación sobre la
física y química del aerosol del cigarro electrónico. Pero además, agregué un componente
de humor satírico, ya que los detractores de a reducción de daño carecen de sentido del
humor, presentan un discurso puritano, autoritario, santurrón, autocomplaciente. Me
complace mucho saber que la ponencia fue muy exitosa.


Aylen V.I: ¿Qué relación le puede encontrar usted a su presentación en la oración de Michael Russel con su trabajo o las actividades que usted lleva a cabo día a día por la Reducción de Daños por
Tabaquismo?


Me ayuda a planear ponencias futuras en intervenciones en medios y entrevistas. Me da
ideas para la elaboración que tengo planeada de un libro sobre el tema. La misma ponencia
(disponible en YouTube) sirve como documento.


Aylen V.I: ¿Cuáles son los aspectos más relevantes o impactantes de la oración de Michael Russel que
crees que deberíamos tener en cuenta?


Hay dos tendencias sobre la investigación en temas de tabaco y nicotina que dividen a la
comunidad de control del tabaco: La centrada en EEUU es mayoritaria y cuenta con
muchos recursos y amplia presencia política, se opone a la reducción de daños del
tabaquismo (no en otras sustancias), afirma que “la ciencia sobre tabaco y nicotina ya está
asentada”, por lo que ya existe una política regulatoria que debe ser implementada y que
apunta a la abstinencia de nicotina (no solo de fumar), por lo que la investigación científica
debe apuntalar a está política, consecuentemente toda disidencia y crítica de esta política
(y la ciencia que la apoya) es condenable por servir a los intereses de la industria
tabacalera. La centrada en el Reino Unido es una disidencia minoritaria, niega que la ciencia
este “asentada” permanentemente (ninguna ciencia lo es), favorece a la reducción de daños
y a la disidencia y la crítica, considera que la política regulatoria que debe ser implementada
debe seguir a la ciencia que incorpora la reducción de daños (no al revés). Otros mensajes
son:

  • Primero, que la reducción de daños del tabaquismo está sustentada en investigación
    científica seria y bien realizada (no son opiniones ni alegatos o cabildeo de las tabacaleras).
  • Segundo. Es legítimo dudar y cuestionar a la reducción de daños, pero la investigación
    frontalmente contraria a la reducción de daños (la tendencia centrada en EEUU) es
    metodológicamente deficiente, hay múltiples ejemplos de: suposiciones y resultados
    especulativos presentados como hechos comprobados, interpretaciones sesgadas y
    selectivas de los datos, uso de criterios políticos para descartar resultados técnicos no
    deseados, además de errores factuales.
  • Tercero. La ciencia, en ninguna disciplina, nunca queda absoluta y permanentemente
    asentada, queda asentada solo temporalmente y avanza por consenso entre pares, un
    consenso inestable que siempre está en duda, por lo que es importante disentir y criticar.
    Como contraste, la oposición frontal a la reducción de daños es adversa a la disidencia y la
    crítica fundamental (la cual explica cómo ingenuidad o como manipulación de tabacaleras).

    Muchos argumentos contrarios a la reducción daños del tabaquismo y sus productos son
    cuestionable, en todos los aspectos:
  • La nicotina no daña el desarrollo cerebral de adolescentes, no es carcinogénica, no es híper
    adictiva, la “adicción” depende del medio de consumo (distinta por el cigarro, que en
    vaporizadores, snus o parches/chicles farmacéuticos). Está matizada por factores sociales y
    sicológicas, no es una enfermedad mental o esclavitud farmacológica inmutable.
  • Si hay evidencia sólida de que el uso de productos de reducción de daño contribuye al cese
    de fumar.
  • Los resultados de estudios en células y ratones difícilmente se pueden extrapolar a seres
    humanos, pero es fácil en ellos producir resultados deficientes que muestran daños
    alarmistas. Muchos carecen de contexto al no comparar efectos fisiológicos del vapeo con
    el humo de tabaco.
  • La casi totalidad de estudios que encuentran efectos pulmonares nocivos por el vapeo en
    tejidos humanos no toman en cuenta debidamente a historia previa de tabaquismo en los
    sujetos. La inmensa mayoría de los vaperos somos ex-fumadores.
  • Muchos estudios de emisiones de vaporizadores prueban en el laboratorio a los dispositivos
    en condiciones que no corresponden a su uso en la vida real, su disenso experimental
    produce su operación con sobre-calentamiento, lo que da pie a una detección artificial de
    exceso de sustancias tóxicas. Tengo artículos publicados sobre este tema.
  • El vapor ambiental exhalado por usuarios es un contaminante sumamente débil, es
    deshonesto compararlo con el humo de tabaco ambiental. Es un aerosol muy diluido
    (usuarios retienen 90% de lo que inhalan), se evapora rápidamente (compuestos volátiles),
    apenas tiene compuestos tóxicos (menos que la contaminación ambiental y otros aerosoles
    caseros de uso común) y es direccional: solo se siente la exposición en la dirección del
    chorro exhalado, no en otras direcciones. Se disipa y dispersa en menos de 20 segundos y
    es imperceptible a 1.5-2 metros. Por lo tanto, no hay justificación médica para prohibirlo en
    interiores, mucho menso en exteriores.

    Entendamos algo de la política complicada detrás de la oposición frontal a la reducción de
    daños del tabaquismo, en especial al vapeo. El cigarro electrónico o vaporizador es una
    tecnología disruptiva que cambia por completo el paradigma tradicional de atención al
    tabaquismo. En vez de políticas públicas dictadas desde la cima de la pirámide tecnocrática
    (OMS, misterios de salud), los mismos fumadores, sin asesoría médica ni fármacos, sustituyen
    sus cigarrillos por productos de mucho menor riesgo, lo cual los hace independientes de la
    tecnocracia dedicada a combatir al tabaquismo y de las farmacéuticas. Esto afecta muchos
    intereses poderosos: tabacaleras, farmacéuticas y burocracias públicas de control de tabaco
    (aunque las tabacaleras se adaptan a la disrupción y fabrican productos de reducción de
    daños). Esta tormenta perfecta de intereses afectados reacciona agresivamente con una
    agenda política global (canalizada en parte por la OMS, instituciones en EEUU y las
    Fundaciones de Bloomberg y Gates) que promueve con muchos recursos políticas públicas
    prohibicionistas y una ciencia frontalmente contraria al vapeo, la cual a pesar de sus
    deficiencias no tiene problema en ser publicada y difundida ampliamente por medios masivos.

    Además, la reacción en contra del vapeo y la reducción de daños es una continuación de la
    campaña ideológica de “desnormalización” de la conducta de fumar que fue aplicada a fumar
    tabaco, mediante la promoción de una repulsión y estigma hacia fumadores. Esto condujo a
    prohibiciones de fumar en grandes espacios exteriores (lo cual no tiene justificación de
    proteger la salud de no-fumadores). En el rechazo a la reducción de daños del tabaquismo
    vemos la continuación de esta misma agenda ideológica, pero dirigida a eliminar la conducta
    del vapeo como si fuera igual a fumar tabaco, ignorando que los riesgos del vapeo (para
    usuarios y personas en su entorno) son muchísimo menores que los de fumar. A esta
    denormalización del vapeo hay que oponerse a toda costa: NO PASARAN.
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