Desde 2011 la posición política del gobierno argentino frente a la industria del vapeo ha sido completamente prohibicionista. Hasta ahora.
Se cumplen diez años de la rigurosa ley prohibicionista que tiene a los argentinos sumidos en un mercado de vapeo muy limitado debido a la prohibición total. La venta, distribución, importación, publicidad y promoción de vaporizadores están prohibidas gracias a la disposición 3226/2011, que se sustenta en estudios de la OMS hoy refutados.
The Vaping Today tuvo la oportunidad de dialogar vía telefónica con el presidente de AsoVape Argentina, Juan Facundo Teme, con el propósito de conocer la coyuntura que rodea a la industria del vapeo tras 10 años de la promulgación de la disposición de la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). Al parecer, en medio del prohibicionismo se ha abierto una ventana de oportunidades que prometen una regulación y, con ella, una legalización comercial.
¿En qué momento ocurrió la prohibición?
La prohibición administrativa se da en 2011, sin embargo, para 2016 se ratifica. “La verdad está muy desactualizada, inclusive pasada ya una década esos argumentos faltarían a la verdad por la manipulación que se le ha dado”, menciona Juan. Aunque concretamente no existe una razón lógica aparente, fuera de las disposiciones de la OMS, para que la ANMAT decidiera sacar la disposición, existen rumores de que esto se debió a un gran cargamento de artículos de vapeo que, para entonces escasamente conocidos, fueron justificados ante las aduanas como “dispositivos para dejar de fumar, es un rumor, esto encendió las alarmas de las autoridades y se basaron en las pautas de la OMS”, recuerda Juan con gran énfasis en el “mito urbano” de esta hipótesis.
Son ya 10 años… ¿nunca hubo otros intentos de regulación?
En 2016 se ratificó la disposición que hasta la fecha rige las restricciones absolutas sobre la industria del vapeo “amparados en el Convenio Marco de la OMS. Pero lo gracioso de la situación es que Argentina no ratificó el Convenio para el Control del Tabaco. Inclusive hubo proyectos de ley para que sí se ratificara, pero no fueron aprobados”. Así, Argentina y su gobierno se basan en el Convenio como pauta para el control del tabaco, y del vapeo, sin ser firmantes.
¿Cómo sobrevive un porteño vapeador, un rosarino o un cordobés?
Debido a la prohibición, el mercado informal es el día a día para los argentinos en general. Existen páginas/tiendas en línea, incluso existen tiendas físicas que no necesariamente tienen un frente visible en la calle. “Clandestina e informalmente se mueven mucho por redes sociales, la pandemia ha ayudado al comercio en línea, o escondidos y camuflados en una oficina alquilada, en sus casas, envíos…”, menciona Juan. El VapeMail es muy popular, sin embargo, se corre el riesgo de ser retenido en las aduanas. “Y si no, con alguna trampa a la hora de declarar. Muchos de nosotros sobrevivimos gracias al riesgo que corren algunos al importar”, confiesa Facundo quien a su vez reflexiona: “a la prohibición, hablando mal y pronto, se le ríen en la cara [los importadores]”.
¿Cuál es la realidad legal del vapeo y la de la calle?
“Al estar tan prohibido, existe una gran industria nacional de líquidos, eso sí, artesanal. Sin embargo, hay marcas con un volumen de fabricación importante con un nivel de calidad innegable”. En contraste, la opción de importación actual para el territorio argentino genera sobrecostos debido a los riesgos que corren los importadores. Ahora bien, el precio es puesto al antojo del comerciante. “Entonces, ¿a qué precio le llega al usuario? Por más impuestos que la regulación quiera imponer [al vapeo], incluso los del tabaco, yo creo que la diferencia de precio no es muy diferente”, menciona Juan, quien reconoce que, en caso hipotético, la regulación con impuestos no cambiaría mucho contra el precio actual del mercado informal.
Por primera vez hay un proyecto de ley para regular… ¿qué hay por decir?
Es un proyecto de ley que se ha rescatado de 2019. Aunque se llama “Prohibición de la comercialización de cigarrillos electrónicos -ces-”, la prohibición es para la venta a menores de edad, y delimita espacios y normatividad para el uso de los dispositivos en espacio público.
“Si bien el título era confuso en el proyecto de ley de la diputada nacional Estela Regidor, se trataba no de una prohibición, sino de algo que habilitaría la venta y la prohibiría para los menores de 18 años. Es un proyecto que tiene sus falencias, ya su título lo indica. (…) Otra falencia grande que tiene el proyecto son sus argumentos o fundamentos, que obviamente son negativos para el vapeo. Si bien habilitaría el comercio del vapeo en la Argentina, los argumentos siguen siendo los mismos de siempre y muy negativos”, afirma Juan.
También nos cuenta que sostuvo recientemente una conversación con la diputada Regidor. “Nos garantizaron una cosa: que los fundamentos van a quedar abiertos al debate y que vamos a trabajar juntos para modificarlos, y que este proyecto sea un éxito y sea benéfico, con un gran impacto para los usuarios”, recuerda Juan y menciona que habrá una reunión muy pronto para empezar con la colaboración.
Existen en este momento dos proyectos de ley en curso. Vienen de dos partidos distintos pero afines, lo cual muy probablemente terminará en la fusión de los proyectos. El 14 de abril de 2021 la diputada Beatriz Luisa Ávila propuso un nuevo proyecto para modificar la ley 26687 del tabaco, incluyendo al vapeo y equiparándolo con aquel. “Esto desde luego no lo vamos a apoyar, porque no hay una lógica en que el vapeo esté incluido comparado o igualado al tabaco”, aclara Juan.
Según AsoVape, los proyectos en curso son un punto de partida. Sin ser del todo sensatos, son un marco inicial que con bastante trabajo en conjunto podrá lograr una regulación adecuada. Aspiran a que con “una argumentación positiva se siga fomentando la reducción de daños a través del vapeo” (…). Sin embargo, afirma que “le falta mucho desarrollo y [que] ojalá podamos tener pronto la tan ansiada intervención con ellos”. Incluso, “más allá de lo pesimista que esta ley (Ávila) plantea en sus fundamentos, la prohibición de ANMAT no funciona porque se le pasa por arriba totalmente, entonces, es mucho mejor regular que prohibir”.
¿Cuál fue el papel de AsoVape o alguna otra organización civil en este proyecto?
“Nosotros les podemos plantear toneladas de información nueva. Se sorprenden para bien porque nosotros nunca atacamos. Es más, estamos a favor de los planes de control de tabaco, de los proyectos de ley de regulación. Siempre los sorprende la actitud que nunca es desafiante o de atacarlos, sino de plantearles una nueva visión y que podemos ser ejemplo en el cono sur con una buena regulación”, dice Juan Facundo.
El compromiso que asume AsoVape Argentina con los proyectos de ley entrantes es brindar una asesoría basada en evidencia científica. Defiende políticas enfocadas en la reducción de daños y el respeto por los derechos de los consumidores, y se compromete a abogar por los derechos de usuarios, comerciantes y pacientes que estén buscando un método efectivo para la cesación del tabaquismo. Es un gran compromiso, pues representar a casi 800.000 usuarios de vaporizador en la Argentina, con el casi 25% de prevalencia del consumo de tabaco en adolescentes o menores de edad y el 27% del total de argentinos fumadores, es un reto que debe incluir políticas diversas para la reducción de daños.
El curso del tiempo nos dirá la suerte de los argentinos. Están muy bien encaminados, y la disposición de los políticos a recibir una asesoría más sensata y coherente promete mucho. La experiencia está presta a convertir a la Argentina en un modelo a seguir en toda la región. Así se podrán olvidar definitivamente casos como el de “Natalia”, que arriesga su vida y la tranquilidad de su familia al distribuir productos de vapeo en Buenos Aires.